lunes, 1 de marzo de 2010

Las inundaciones en la Ciudad de Buenos Aires son provocadas

a) alejamiento de la desembocadura de los arroyos (ahora entubados) por efecto de la realización de rellenos costeros.

b) reducción de espacios verdes a través del siglo XX.

c) construcción de estacionamientos subterráneos debajo de espacios verdes públicos (eliminación de absorción).

d) construcción indiscriminada; eliminación del “pulmón de manzana” absorbente.

e) construcción indiscriminada; torres con fundaciones a 40 m de profundidad; endicamiento de la napa freática.

f) elevación del nivel de las calzadas por sucesivas repavimentaciones.

g) barreras físicas entre zonas inundables y terrenos absorbentes; paredones del ferrocarril.

h) construcciones clandestinas sobre terrenos absorbentes: edificios y playas de estacionamiento en el Hipódromo de Palermo.




calle Godoy Cruz convertida en un torrente; paredón y edificaciones en ruinas que la separa de la ex Playa Ferroviaria de Palermo
Buenos Aires se inunda ante cada lluvia copiosa. La ciudad colapsa y miles de vehículos quedan imposibilitados de seguir su camino, cientos quedan flotando, las cámaras transformadoras de corriente eléctrica quedan anuladas, miles de vecinos quedan sin electricidad, hay calles que se convierten en ríos. La ciudad se paraliza.
Los funcionarios dicen que eso se debe a las maldades de la madre naturaleza, a que los vecinos sacan la basura fuera de hora o que los adversarios políticos se dedican a tapar lo sumideros para provocar el caos. Por su parte, algunos de esos adversarios políticos aventuran que el oficialismo no ha hecho todas las inversiones necesarias en infraestructura y que no se ha cumplido con las megaobras proyectadas para acabar con "el flagelo de las inundaciones".

La realidad es que los vecinos y circunstanciales ocupantes de la ciudad somos convidados de piedra ante un escenario preparado para que se produzcan esas inundaciones. Los funcionarios y "los emprendedores" inmobiliarios lo vienen preparando desde hace muchos años; los vecinos, desde entonces, estamos tratando de pararlos.
¿Qué ha sucedido en Bs As en los últimos 50 / 60 años para qué cada vez sean más graves las consecuencias provocadas por una lluvia copiosa?
Sucedió lo siguiente:
a) se prolongó, hasta en casi 1.000 m de su lugar original (caso Arroyo Maldonado), la desembocadura de los cinco arroyos que desaguan sobre el Estuario del Plata. Los arroyos de llanura, como los que atraviesan la Ciudad de Bs As, y que entubados han sido convertidos en pluvioductos, tienen muy poca pendiente y por lo tanto poca velocidad de escurrimiento. Si alegremente se prolonga su desembocadura con rellenos sobre la costa, el escurrimiento de las aguas se retarda sensiblemente (a mayor alejamiento de la costa original, mayor tiempo de desagote de los conductos). La costa de la Ciudad ha sido rellenada históricamente en una superficie que casi llega a los 40 Km cuadrados, con la consecuente prolongación de la desembocadura de los arroyos que comentábamos anteriormente. Este tipo de tareas continúa en la actualidad para ejecutar las obras de ampliación del Aeroparque Jorge Newbery, ejecutadas de facto y fuera de normativa.
La red cloacal está colapsada desde hace más de veinte (20) años y no existen plantas de tratamiento de efluentes; los conductos de desagote pluvial que conducen hacia los arroyos entubados, quienes finalmente desaguan en el estuario, transportan también basura, líquidos cloacales y efluentes industriales no tratados, ocupando una parte significativa de su sección útil. Esto hace que no sólo se reduzca la posibilidad de evacuación rápida de las aguas de lluvia, sino que estos líquidos altamente contaminantes, descarguen "en crudo" en nuestro ya poluído estuario.
b) durante el siglo XX se redujo la cantidad de espacios verdes públicos en más de 50 hectáreas. Esto, además de ser un perjuicio directo a la población porque se le eliminó la posibilidad de su disfrute, se constituyó en una sensible pérdida de superficie absorbente. Al mismo tiempo, “la puesta en valor” de más de cincuenta (50) plazas porteñas entre 2005 y 2007, resultó en una disminución de aproximadamente un 30% de su superficie absorbente debido a la construcción de caminos y veredones de solado rígido que reemplazaron a los antiguos senderos de granza (dislate que también contribuyó a aumentar la temperatura ambiente).
En el transcurso de los años 2008 y 2009 la actual administración siguió impermeabilizando terrenos absorbentes (plazas públicas) en zona inundable, como son los espacios verdes situados a lo largo de Av Sarmiento, desde Plaza Italia hasta Av del Libertador.
c) La ley Nº 469 -aprobada en el año 2000- estableció la construcción de trece (13) playas de estacionamiento subterráneas en diferentes plazas de la ciudad.
Las leyes Nº 3.057 y Nº 3.058 -aprobadas en 2009- establecieron la libre construcción según proyecto del contratista, de playas de estacionamiento subterráneas casi en cualquier lugar de la ciudad: cuarenta y dos (42) ubicaciones, entre ellas, otras quince (15) plazas.
Esto hace un total de veintiocho (28) plazas a impermeabilizar. La mayoría están en la zona norte de la ciudad, la más atestada, la que más se inunda.
Las dos últimas inundaciones de la Ciudad de Buenos Aires (15 y 19) de febrero de 2010) han puesto en evidencia la gravedad de la situación creada a través de los años por -entre otras causas- esta sistemática eliminación de superficies absorbentes que contribuían anteriormente a contener las lluvias caídas.
d) el auge de la construcción en propiedad horizontal, ya sea entre medianeras o en edificios de perímetro libre (torres), también eliminó la existencia de terrenos privados absorbentes; se impermeabilizó la mayor parte de la entonces superficie absorbente sobre predios privados con nuevas construcciones. Los códigos indicaban la existencia de un "pulmón de manzana absorbente"; esta obligación dejó de existir en las zonas más densamente pobladas y desde hace más de veinte (20) años se permite construir sobre planta baja en cada parcela, perdiendo así el pulmón de manzana, su condición permeable.
e) se construyeron edificios en altura indiscriminadamente en casi toda la ciudad, pero principalmente en las zonas cercanas a la costa (Puerto Madero, microcentro, Retiro, Recoleta, Palermo, Belgrano, Núñez). Las fundaciones de los edificios en altura implican excavaciones de entre 30 y 40 m de profundidad que sobrepasan largamente las dos primeras napas de agua. Es a través de estas napas, que los terrenos aún absorbentes acumulan el agua y la envían al estuario. La red de bases de hormigón construidas constituyen -subterráneamente- un verdadero dique a la evacuación de las aguas de lluvia, retrasando y muchas veces impidiendo el escurrimiento.
f) por obra de sucesivas repavimentaciones, el nivel de las calzadas ha sido elevado ostensiblemente. Las calles de la ciudad estaban empedradas en un nivel por lo menos 20 cm por debajo de la vereda. Las sucesivas pavimentaciones y repavimentaciones sobre el adoquinado original ha invertido esa relación; las calles (salvo las cunetas de hormigón) han quedado más altas que las veredas, facilitando así la inundación inmediata de estas. Esta situación está siendo profundizada aún más en el barrio de Palermo Viejo (donde las inundaciones superan el metro de agua) al estrechar y elevar las bocacalles de muchas esquinas.
g) existen barreras físicas, que separan zonas inundables de terrenos absorbentes. Los largos y continuos paredones que rodean los antiguos predios ferroviarios siguen existiendo, a pesar de que su eliminación haría desaparecer una barrera física entre el agua de las zonas inundadas y un gran sector de superficie absorbente.
h) se permitió desarrollar construcciones clandestinas en uno de los más importantes lugares de absorción de aguas: el Hipódromo Argentino de Palermo. Con motivo de la construcción de más edificios para alojar máquinas tragamonedas, se hizo una ampliación no permitida de 10.000 m2 cubiertos con su correspondiente cochera subterránea. Además, se impermeabilizó un importante sector del centro de la pista con otra playa de estacionamiento asfaltada.
Todo esto es sabido y reconocido por profesionales y técnicos de diversa extracción, pero dirigentes políticos y funcionarios aliados a los “inversores” de siempre, siguen proponiendo megaobras de transporte, almacenamiento y evacuación de aguas de lluvia (como el peligroso proyecto de los túneles aliviadores del Maldonado) que significan gastos extraordinarios -aún con endeudamiento externo- pero sin contemplar la posibilidad de parar de construir, parar de impermeabilizar y proceder a ejecutar proyectos vecinales como son los de generar nuevas tierras absorbentes en los predios del dominio público del Estado Nacional dentro de la ciudad (ferroviarios, militares, ex Mercado de Hacienda, etc., que suman más de 300 hectáreas), construir un lago regulador sobre la ex playa ferroviaria de Palermo y declarar la emergencia urbano ambiental (*).
Arq Osvaldo Guerrica Echevarría
01 marzo 10
* ver proyecto de ley presentado en 2007 por iniciativa de APEVU Asamblea Permanente por los Espacios Verdes Urbanos (Exp.2395-D-07).
* ver documento queremos buenos aires (07 nov 09)
Osvaldo Guerrica Echevarría

queremos buenos aires

alternativa para el Área Metropolitana en emergencia


La emergencia urbano ambiental y el nuevo escenario político

El espacio en el que estaban establecidas las tramas aisladas de la ciudad capital y los partidos vecinos, se ha cerrado. Una sucesión ininterrumpida de retículas, un mosaico caótico sin plan urbano alguno desde Berisso y Berazategui hasta San Isidro y Tigre, desde Florencio Varela y Esteban Echeverría hasta La Matanza, Moreno y General Sarmiento, pasando por la ciudad “autónoma”, se ha constituido en un objeto único en que los límites interjurisdiccionales son sólo un residuo del pasado.

En esa mancha urbana ciclópea que llamamos Área Metropolitana Buenos Aires –AMBA- aparecen la avenida General Paz y el Riachuelo como un intento de separar aquello que esta física y funcionalmente vinculado.

Este crecimiento responde a un modelo de desarrollo que implica la expulsión de población del interior y su acumulación en los bordes de esta Área Metropolitana; la situación es agravada por la gestión inconexa de las jurisdicciones nacional, provincial y de la ciudad “autónoma”, con incumbencia sobre ella.

El AMBA, creció un 70 % en los últimos 40 años a expensas de la despoblación del territorio nacional; hoy cobija 14 millones de personas –más del 35 % de la población total del país- en la milésima parte de su territorio.

Los daños emergentes de esta manera de crecer fueron agravados por la práctica habitual de legislar en función de la especulación con la tierra urbana y de violar sistemáticamente la normativa protectora del ambiente. Este procedimiento colaboró en un fuerte desequilibrio en las densidades de ocupación y de provisión de servicios de sus diferentes zonas y barrios.

Esta irracional manera de gestionar la ciudad desembocó en el colapso actual del tejido metropolitano, agravado por:

a.- La multiplicación de los edificios en torre en los barrios más valorados.

b.- El crecimiento desorbitado del parque automotor destinado al transporte de personas y de mercadería -debido a la virtual eliminación de los ferrocarriles- dando lugar a un sistema de transporte que produce un tránsito anacrónico, trabado, costoso y contaminante.

c.- La grave contaminación de las napas y de las cuencas hídricas, el Delta y el estuario del Plata, que atraviesan y bordean el tejido urbano, generadora a su vez de una mayor frecuencia de muertes y enfermedades discapacitantes. Metales pesados presentes en el Riachuelo y Reconquista, generan altas dosis de tolueno, benceno y plomo en sangre, en quienes viven en sus riberas.

d.- Un acentuado desequilibrio en las densidades de ocupación y en la provisión de servicios y equipamiento.

e.- Pérdida de parte del patrimonio arquitectónico y cultural y una amenaza permanente al existente.

f.- Saqueo de tierras públicas –costas de los cursos de agua, tierras ferroviarias y de instalaciones militares desactivadas, parques públicos o integrantes de instalaciones hospitalarias- en función de negocios inmobiliarios cuasi delictivos

g.- Multiplicación del establecimiento informal de población en villas miseria y asentamientos más precarios.

h.- Ausencia de una política integral de reciclado en la disposición de los residuos urbanos.

i.- Insuficiencia de las redes de servicios y ausencia del tratamiento de líquidos cloacales.

j.- Crecimiento de los daños a poblaciones vulnerables debido a las periódicas inundaciones urbanas.

k.- Perpetuación de diseño urbano y edilicio que consolida la exclusión de personas con discapacidad, mediante graves impedimentos para su desempeño.

l.- Incremento alarmante de la contaminación acústica, visual y electromagnética.

En síntesis, se trata de una ciudad en emergencia, en grave riesgo, que enferma, discapacita, excluye, que hace perder miles de horas hombre en su traslado diario, que irrita y produce inseguridad y que es en esencia desigual e injusta respecto a la calidad de vida de sus habitantes.

Por lo antedicho, las organizaciones que participamos de la red

queremos buenos aires, proponemos:

1. Aprobar una Ley Nacional que declare la emergencia urbano ambiental en todo el territorio del Área Metropolitana Buenos Aires (Ciudad + Gran Buenos Aires), proponiendo la conformación de un organismo interjurisdiccional que efectúe un diagnóstico de la situación y el desarrollo de un Plan Urbano con mecanismos de real participación y control ciudadano.

2. Que esta ley sea ratificada por las legislaturas de Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad de Buenos Aires.

3. El Plan Urbano a desarrollar deberá cumplir con lo siguientes criterios orientadores:

3.1 - Destinar a uso y utilidad pública, conformando un Sistema Metropolitano de Grandes Parques y Reservas Naturales Urbanas, las tierras de propiedad del Estado Nacional ubicadas en su territorio; las construcciones existentes en esos predios que sean caracterizadas como de valor patrimonial, serán utilizadas con fines culturales y educativos públicos.

3.2 – Establecer el criterio de Evaluación Ambiental Estratégica, considerando la sumatoria de impactos de las obras proyectadas por zona, dando intervención a los vecinos y sus entidades.

3.3 - Proteger la franja costera del estuario del Plata, desde el Delta del Paraná hasta Magdalena, ante el fuerte impacto de los proyectos especulativos sobre ese borde.

3.4 - Conformar un Ente Metropolitano de Transporte que tenga por fin el la reducción del transporte automotor individual y del pesado de cargas y el mejoramiento del transporte público ferroviario y automotor.

3.5 - Ejecutar programas de vivienda social, dedicada a sectores de la población de escasos o nulos recursos, a través de un programa integral que ocupe inmuebles fiscales ociosos (herencias vacantes, etc.) distribuidos en la trama urbana ya construida.

3.6 - Ejecutar programas de recuperación y reciclado de todos los materiales que componen los Residuos Sólidos Urbanos, evitando el enterramiento e incorporando socialmente a los cartoneros independientes y a los organizados en cooperativas, con salarios y condiciones dignas de trabajo.

3.7 - Limitar la densidad de ocupación en los barrios o zonas amenazados por la hiper densificación; en un tejido que tiene un promedio de ocupación de 70 hab/ha de densidad bruta, no se pueden aceptar ocupaciones de 1.200 hab/ha con la misma trama de calles.

3.8 – Proteger el patrimonio histórico y cultural; también los lugares históricos sin alterar su unidad de conjunto y su valor ambiental y testimonial.

3.9 - Descentralizar las diversas funciones de la ciudad pasando del esquema centralizado actual –que reproduce el existente a nivel nacional- a un esquema de centros múltiples de diferentes jerarquías. Esto también significa el replanteo de la red actual de tránsito convergente.

3.10 - Reubicar los asentamientos industriales con posibilidades de reconversión, liberando la ribera de las cuencas y saneando las mismas.

3.11 – Intensificar en los ámbitos judiciales el tratamiento de los delitos urbanísticos y ambientales que juzgue a particulares y funcionarios públicos que delinquen en estos aspectos.

3.12 – Incorporar la seguridad y accesibilidad física como atributos básicos de toda instancia de planificación y diseño a escala urbana, edilicia y de la movilidad.

3.13 - Conformar un Ente Metropolitano de Cuencas y Costa que permita ordenarlas ambientalmente.

Ante la persistencia de zonas privilegiadas y de zonas abandonadas en cada localidad del Área Metropolitana Buenos Aires, estos criterios orientadores y este plan deben tener como objetivo elaborar un procedimiento para la participación de los habitantes en su elaboración y en un sistema de control de la evolución y corrección periódica de objetivos y, fundamentalmente, equilibrar la calidad de vida entre todos los barrios que conforman la Gran Ciudad. Esto significa mejorar la de todos sus habitantes proveyendo equipamiento, servicios y espacios verdes públicos de recreación con una distribución equilibrada, atendiendo en primera instancia a los sectores más abandonados por anteriores y actuales políticas urbanas.

07 noviembre 09

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